El primer caso de Covid-19 en el estado de Tlaxcala se detectó el 25 de marzo de 2020; y desde que inició la pandemia, hasta el último día de abril de 2022, han habido 43,090 casos de Covid-19 positivos y 2,924 defunciones por Covid-19.
Ante un panorama de incertidumbre, contagios y fallecimientos, circuló demasiada desinformación en torno a la enfermedad, sus tratamientos y la efectividad de las diferentes vacunas.
El hecho de que la enfermedad por Covid-19 fuera nueva, impedía que hubiera información certera sobre su origen, desarrollo, tratamientos y cuidados; por lo que diversas instituciones gubernamentales, institutos académicos y laboratorios a nivel mundial se dieron a la tarea de realizar investigaciones para dar respuestas sobre su origen y sobre el desarrollo de la enfermedad una vez que el virus entra al organismo humano.
Sin embargo, esta información se vio afectada por la otra pandemia que seguimos viviendo de manera paralela, la infodemia; esto, por las malas interpretaciones de los medios de comunicación, acciones políticas y las múltiples teorías de conspiración que circulaban a través de las redes sociales. Lo que produjo a la población aún más dudas y desconfianza, no solo sobre el origen del Covid-19; sino también por la creación de la vacuna contra Covid-19.
Por supuesto que el estado de Tlaxcala no estuvo exento de la desinformación. Para hacer este ejercicio diagnóstico, nos acercamos a comunidades de cinco municipios con marginalidad en torno a su acceso a internet y/o por ser espacios donde se hablan lenguas indígenas. Específicamente cuatro municipios donde se habla la lengua indígena náhuatl: Muñoztla, El Alto, San Bartolo Cuahuixmatlac, Chalma, El Llanito, Santa Cruz, Reforma, de Chiautempan; Santa Rosa, Aquiahuac, Xolalpan, de Tetlanohcan; San Isidro Buensuceso, San Bartolomé y San Miguel, de San Pablo del Monte; Xaltipan y la novena sección de Contla; y el municipio de Ixtenco, el único bastión que sostiene la lengua otomí, en su variante yühmu, en el estado.
La desinformación provocó que algunas minorías de la población se abstuvieran de vacunarse. Considerando que de acuerdo al último censo poblacional del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del 2020, en Tlaxcala hay 23,171 hablantes de náhuatl y 602 de otomí, con el Fondo Abierto contra la desinformación de la vacuna Covid-19 de Google News Initiative llevamos el ejercicio de verificación de información a estos espacios poco representados y atendidos desde el periodismo.
La recopilación de lo que llamamos insumos de desinformación se realizó de agosto a inicios de diciembre de 2021. En agosto, Tlaxcala había pasado el pico de la tercera ola, y en diciembre iniciaba la curva que formaría a inicios de enero la cuarta ola.
A lo largo de la investigación pudimos notar que a pesar de que la pandemia por Covid-19 ya había pasado su momento más crítico en Tlaxcala (enero 2021), las personas que participaron en el proyecto aún tenían preguntas sobre el origen, el tratamiento, las variantes por Covid-19 y la efectividad de su vacuna. A estos vacíos de información decidimos llamarle necesidades informativas.
Esta investigación es un acercamiento hacia una Metodología para cuantificar la Desinformación, para conocer si la información que se está presentando a través de diferentes emisores es útil y comprensible para audiencias hiperlocales.
Al recibir un fondo para verificar la vacuna contra Covid-19 recurrimos a información que ha sido aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, investigaciones realizadas por diversas universidades de Estados Unidos y México, y con médicos que trabajan en hospitales Covid. No obstante, deja pendiente el rastreo de bibliografía que verifique la medicina alternativa y la medicina tradicional, la de estos espacios invisibilizados.
A continuación presentamos los resultados y las conclusiones de este diagnóstico.